¡Hola! Me llamo Esther y quiero contaros mi historia. A principios del año 2019 me salió un bulto en el cuello y el miedo me paralizó tanto que no fui al médico hasta el 11 de abril. Ese mismo día me ingresaron en el hospital y tras una semana haciéndome pruebas y trasfusiones de sangre, el 1 de mayo, supe que tenía un cáncer de sangre, exactamente un linfoma (jamás había escuchado esa palabra).
Después de dos semanas de pruebas e incertidumbre, por fin mi médico me dijo que se trataba de un linfoma de Hodgkin en estadio III-B. Y aquí empezó mi lucha. Yo a ese bicho me lo cargaba. El 30 de mayo empecé el tratamiento y duró hasta el 31 de octubre.
Mi cuerpo sufrió muchísimo, pero aguantó, soy una campeona. Durante todo el tratamiento me visualicé curada y por fin llegó el día tan esperado: 19 de septiembre de 2019. ¿Te imaginas la sensación de saber que no había resto del bicho en mi cuerpo? Seguimos con el tratamiento para afianzar. Pero, ¡qué día tan feliz! El más feliz de mi vida.
Desde el minuto uno compartí todo en mis redes sociales. Conseguí ser imagen del centro donde me hicieron la prótesis capilar, me maquillaba y bailaba para animarme. Durante todo este tiempo mantuve a mis amigas y a mi novio muy cerquita. Encontrarme bien era lo que más valoraba.
Hoy en día solo tengo palabras de agradecimiento a la vida, los médicos, investigadores, enfermeros, familia y a todas las personas que quiero. Especialmente a mi hermana y a mi madre, por estar conmigo todas las quimios. He sido una mimada. Gracias a mi chico, por estar tan a la altura, llevando tan poco de relación. Has sido mi motor en esta maratón de la vida.
Gracias también a la Fundación Josep Carreras por estar siempre pendiente de mí y animarme a luchar como una IMPARABLE. Si estás leyendo esto y estás en una situación parecida, tú también puedes.
¡Somos Imparables!
Esther